Montería, 31 de enero de 2023. Con base en estadísticas de Medicina Legal, en Colombia se presentaron a corte octubre de 2022 un total de 45.462 casos de violencia intrafamiliar, de los cuales 30.492 fueron conflictos entre parejas o cónyuges, lo que evidencia un serio problema social, sobre el cual hay que tomar medidas.

La advertencia la hizo el docente unicordobés Amaury Romero Ballesteros, magíster en Desarrollo Familiar y en Desarrollo Social y licenciado en Educación, durante su intervención en el programa radial Momento en Familia, de la Licenciatura en Educación Infantil, que conduce el también profesor de ese mismo departamento, Carlos Otálvaro. El espacio se emite los martes a las 9 a. m., y miércoles a las 7 p. m., por Unicórdoba Estéreo (90.0 f. m.). “Es decir, de ese conjunto de situaciones que generan violencia en una familia, la que más preponderó fue la violencia entre parejas, esposos o cónyuges. Esta estadística demuestra que el problema es bastante grande y que, así las cosas, hay que tomar medidas para tratar de resolverlo”, sostuvo el profesor Romero Ballesteros.

Agregó el experto que, si bien es normal que se presenten desacuerdos entre parejas, lo que sí es anormal y se considera una primera causa de la violencia, es no saber abordar esas situaciones, cuando, por ejemplo, no se resuelven los problemas a través del diálogo.“No tener un buen diálogo intrafamiliar es uno de los principales factores que inciden en que los conflictos, las contradicciones que ocurren de forma normal al interior de la familia, se conviertan en actos de violencia. Ahora, la violencia no sólo es la que se manifiesta a través de los golpes, se ha demostrado que es más peligrosa la violencia psicológica o verbal”, recalcó el profesor del Departamento de Psicopedagogía de Unicórdoba.

En el mismo espacio radial el profesor Romero, quien laboró durante 40 años con el Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), dijo que entre los principales efectos que genera en los niños el tema de la violencia intrafamiliar está la inseguridad, debido a la tensión permanente en la que vive al interior del hogar.

“Además, los niños en esos contextos pueden estar en permanente estado de depresión y eso se traslada, por supuesto, al ambiente escolar. En estos casos el maestro o maestra que observa al niño aislado, que no participa en clases, que está callado, taciturno, que no se reúne con los amigos, debe entonces verificar en el ambiente familiar, qué es lo que está pasando, porque casi siempre ese niño está viviendo en un ambiente familiar conflictivo”, sugirió el profesor Romero Ballesteros.

Agregó el académico que como tercera consecuencia puede aparecer la agresividad, porque el niño copia el modelo que observa en su casa, principalmente los de primera infancia, donde por principio aprenden con el ejemplo. Sugirió Romero a todos los hogares formar niños respetuosos, conscientes de derechos y deberes, y eso – dijo – se enseña con la aplicación de la disciplina con amor.Por su parte el profesor Otálvaro aportó que es importante en los padres entender las formas cómo se abordan las crisis y sugirió que muchas veces la escasez de cariño, de vínculo y de comunicación permanente, termina en roces y conflictos.