Montería, 8 de agosto de 2023. El docente unicordobés Teobaldis Mercado Fernández, doctor y magíster en Hidrociencias, advierte que frente a la ola de calor que se repetirá año a año, tenemos dos opciones: empezamos a vestir la tierra con siembra agresiva de árboles o definitivamente dejamos pasar el problema, hasta que tengamos que ‘forrarnos’ de pies a cabezas y con prendas blancas, preferiblemente.

Mercado Fernández, profesor e investigador científico de la Facultad Ciencias Agrícolas, de la Universidad de Córdoba, sostiene que los cálculos matemáticos que ha realizado esta alma mater advierten que, efectivamente, sino se actúa ‘enseguida’, la temperatura va aumentar hasta en un grado en unos años.

“En el futuro tenemos dos escenarios, el primero es no hacer nada, pero de acuerdo con simulaciones matemáticas y físicas que hemos desarrollado, la tendencia es que las olas de calor se van a incrementar, porque hay menos protección, hay menos regulación por las coberturas, triste que estemos viendo los árboles como unos enemigos… y lo segundo es tomar acciones que son posibles, bajo el enfoque de mitigación y adaptabilidad, porque hay muchos daños irreversibles”, expone el Dr. Mercado.

El académico sugiere que como medida gubernamental es importante que se materialicen acciones concretas desde los Planes Integrales de Gestión del Cambio Climático (PIGCCS), línea de conducta en pro de la protección del ambiente, de los recursos naturales y de adaptación al cambio climático.

“Como universidad lideramos la estructuración de esos planes en Córdoba y en Sucre, en convenio con el PNUD. En ese documento está la política y un diagnóstico de las evidencias de calentamiento, el uso del suelo, cómo están los ecosistemas y a partir de eso se establecieron medidas a corto, mediano y largo plazo, desde las mesas climáticas”, sostiene Mercado.

El profesional insiste en que los árboles son la mejor protección que tenemos, porque, además de ofrecernos sombra, regulan agua, fabrican oxígeno, fabrican su propio alimento y alimento para nosotros y capturan CO2, que es un gas que genera efecto invernadero, que atrapa calor en la atmósfera.

“No sé por qué somos tan testarudos y no entendemos el papel de la vegetación, de la restauración, de la reforestación; eso debe hacer parte de nuestras actividades cotidianas, así como nosotros nos vestimos, tenemos que empezar a vestir a la tierra”, precisa el docente e investigador de la Universidad de Córdoba.

Agrega que, en el caso de Córdoba y el Caribe, estamos en la zona de mayor radiación del mundo, más aún cuando, el 25 de junio empezó el solsticio, que es el inicio del verano y que meteorológicamente en el hemisferio norte, en el cual estamos nosotros, la tierra tiene cierta inclinación hacia el sol, es decir, esa proximidad hace que recibamos más radiación y los días son más largos, fenómeno que se repite cada año.

Así las cosas y de acuerdo con las recomendaciones del experto, en esta zona del país es necesario protegerse más que en otras regiones con climas menos calientes; es decir, aquí en Córdoba es oportuno e inevitable, abrigarse, cubrirse hasta las manos, utilizar gorras y en la media de las posibilidades pantalones largos y menos bermudas. Sugiere Mercado, que es casi obligatorio para la salud, una hidratación continua.

Efecto olla de presión

El docente unicordobés explica que, a las olas de calor se suma que a macro escala por nuestra zona pasan corrientes calientes en lo alto, procedentes de África, que se encuentran con la acumulación de calor en la tierra; y ello genera el efecto que se conoce como olla de presión.

“El cuerpo humano es el principal sensor y por eso sentimos esa gran cantidad de calor, que es lo que medimos como sensación térmica y como lo estamos midiendo ahora: THSW (temperatura-humedad-sol-viento)”, puntualiza el profesor unicordobés.