Con la cadencia y el golpe matizado de un buen cajero vallenato, en el patio de una casa, escenario condicionado por la pandemia, se escucha el instrumento acompañar la clásica obra Dios No Me Deja, del fallecido maestro Leandro Díaz Duarte.

Esa letra narrativa de la canción pareciera que también acompañara la historia de quien la ejecuta sentado en un taburete campesino, Pedro Luis Quintero, estudiante de primer año de Derecho en la Universidad de Córdoba, donde la inclusión no tiene límites y va mucho más allá de lograr un cupo para volverse profesional.

Pedro conoce la caja con los ojos del alma que describe el autor de la legendaria composición; su disciplina y el amor por el instrumento le permiten acompañar el conjunto vallenato de la sede central de esta alma mater, dirigido por el instructor Joaquín Solano Flórez, bajo la supervisión del coordinador del Área Cultural de la División de Bienestar Institucional, José Gregorio Guzmán.

“Hace cinco años perdí la vista, pero he seguido luchando, hoy, me nace extender una voz de aliento a la sociedad, en este mal momento que vivimos por la pandemia o por aspectos propios de la vida, no perdamos la motivación. Mis pilares para seguir adelante fueron Dios y la música, pero debo agradecer también a la Universidad de Córdoba por la oportunidad que nos ofrece, primero para estudiar una carrera y luego para hacer arte”, expresa Pedro Luis, mientras el instrumento sigue ajustado a sus piernas.

Anhela en pocos años en convertirse en un destacado abogado Unicordobés, mientras perfecciona el estilo vallenato siguiendo los pasos de cajeros famosos por su excelencia musical, en cuya lista de la región del cacique Upar menciona a los grandes Rodolfo Castilla, Pablo López y Carlos ‘Callo’ López.

Mientras tanto en otro entorno folclórico, Jorge Mercado Argel, estudiante de Licenciatura en Educación Artística, ‘fandanguea’ vestido de blanco mientras agita su sombrero fino vueltiao en actitud de coqueteo a la pareja que le sacude la falda floreada.

Jorge padece discapacidad cognitiva leve, pero eso no es óbice para ‘guapirrear’ y bailar el porro con la técnica que ha pulido su instructora, la licenciada Elaine Parra Martínez, en el Grupo de Danzas Folclóricas de Unicórdoba. Jorge se destaca también como estudiante aventajado en redoblante mayor y guacharaca.

“Pertenezco al grupo de danzas folclóricas y populares de la Universidad de Córdoba, Área Cultural, aquí estoy con mi talento, mi música y mi arte, que suene el fandango”, grita alegremente afanado por seguir al ritmo de la banda.

Para el profesor Pedro Orozco Orozco, vinculado al Área de Desarrollo Humano, de la División de Bienestar Institucional, en Unicórdoba es importante la inclusión porque permite reconocernos como seres humanos, iguales en dignidad y que podemos convivir en medio de nuestras diferencias.

“Ser incluyentes nos hace integrales, porque todos somos personas en igualdad de deberes y derechos, merecedores de todo respeto, por eso la invitación es a trabajar aún más por una universidad incluyente”, agrega el profesor Orozco, magíster en Filosofía, especialista en Intervenciones Psicosociales.