La pandemia por el Covid 19 sin lugar a dudas hará que sucedan varias consecuencias en términos financieros: contracción de la demanda, es decir menos compras por varios factores entre ellos altos precios, especialmente de bienes importados; más gasto público por parte del Estado, que a la vez disparará la inflación y ello, sumado a la disminución de los precios del petróleo y a la volatilidad de la tasa de cambio, generará desempleo.

Este panorama del impacto económico que empieza a derivarse de la emergencia mundial, lo hizo el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Administrativas, de la Universidad de Córdoba, Giovanni Argel Fuentes, doctor en Educación, magíster en Administración de Empresas, economista, especialista en Finanzas y en Cooperación Internacional.

“El desempleo asociado a la alta inflación y a la inestabilidad, que no sabemos cómo se va a resolver en el mediano plazo, va a traer disminución del producto Interno Bruto (PIB) del país, cierres de algunas empresas y despidos, que, aunque no serán masivos, sí serán temporales y agobiantes. Es algo que debe contrarrestarse con medidas del Gobierno nacional”, precisó Argel Fuentes.

El decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Administrativas sugirió que adicionalmente, las autoridades locales y seccionales deberán vigilar que no aparezca la práctica de la escasez ficticia de productos en las ciudades, que conduciría a la elevación de precios, y es donde deben aparecer, con carácter, las oficinas de precios, pesas y medidas.

“Esconder los productos por un momento determinado ha sido una de las prácticas más irregulares que he habido en la historia económica. Debe aparecer el Gobierno con sus oficinas especialistas, que nos ayuden a controlar eso, porque eso crearía inflación ilegal, genera pánico, acaparamiento y desabastecimiento irreal, lo que tendría tinte penal por la inestabilidad que generaría en el mercado”, precisó el académico.

Finalmente aclaró que no es la pandemia por el Covid 19 la que está originando la volatilidad del precio del dólar, sino que obedece, específicamente desde el año pasado, a una guerra comercial, de precios del petróleo, entre Arabia Saudita y Rusia.