Montería, 16 de abril de 2024. La médica monteriana María Mónica Fabra, formada en Gastroenterología Pediátrica en la Universidad de Buenos Aires, Argentina, sugiere que los padres retomen la cultura de la lonchera para los niños, con meriendas saludables, para evitar trastornos tempranos en la salud, que podrían aparecer a partir del consumo de procesados con alto riesgo de resultar tóxicos para el organismo.

“Si tenemos la posibilidad de enviar desde la casa, al colegio, una lonchera saludable: una fruta, yogur, y agua, sería lo ideal. No es necesario el jugo al que estamos acostumbrados a endulzar sin medir la cantidad de azúcar”, sostiene la especialista, quien fue invitada al espacio radial Momento en Familia, de la Licenciatura en Educación Infantil, que se emite por Unicórdoba Estéreo (90.0 f. m.) los martes a las 9 a. m., con repetición lo miércoles a las 7 p. m., y que conduce el docente Carlos Otálvaro.

En un amplio diálogo en la emisora universitaria la Dra. Fabra también sugirió que la lactancia materna no tiene que terminar con el inicio de la alimentación complementaria, es decir, a los seis meses; y aconsejó que por lo menos hasta los dos años el suministro de verduras, frutas, y proteínas se haga sin una sola pizca de sal y azúcar.

“Todo esto buscando también la prevención de algunas enfermedades, es importante hasta esa edad la ausencia total de azúcar y sal; observamos en nuestra consulta niños con hipertensión, diabetes, enfermedades renales severas, enfermedades de corazón y de hígado, también muy severas. Se pensaba que el hígado graso se presentaba en adultos y resulta que, en la consulta, tras realización de ecografías, encontramos niños con hígado graso, alimentados con gaseosas, mekatos, helados y demás artículos que adquieren en el colegio”, advierte la profesional.

Advirtió, finalmente, que cada vez son más las enfermedades que afectan el tracto digestivo, que se atribuyen al consumo de alimentos ultra procesados, con mayor modificación genética en los alimentos, y todo eso predispone a que los niños tengan alteraciones y enfermedades inflamatorias desde la boca hasta el intestino delgado.