La segregación de cifras de pobreza tanto extrema como monetaria en el país, permiten advertir que las mujeres, desafortunadamente, han sido las más afectadas por este creciente fenómeno durante la pandemia, advierte un análisis económico del decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Administrativas (Faceja), de la Universidad de Córdoba, Giovanni Argel Fuentes.

El economista y doctor en Educación sostiene que, actualmente el 46,7 % de las mujeres en Colombia viven en situación de pobreza, mientras que la cifra para los hombres es del 40,1 %.

“La brecha de 6,6 puntos porcentuales está en línea de pobreza frente a lo que se ha evidenciado en las cifras del mercado laboral, pues las mujeres han sido las más afectadas en términos de desempleo e inactividad”, sostiene Argel Fuentes.

Advierte el decano unicordobés que la crisis económica y social desatada por la pandemia aceleró el crecimiento de la pobreza y severidad de la misma y agrega que, los 6.8 puntos porcentuales de incremento desde 2019, representan 3,6 millones de personas que ingresaron a la situación de pobreza monetaria.

“En 2019 la cifra era de 17,4 % millones de pobres y para 2020 la cifra se ubicó en 21,02 millones de personas. De igual forma, más de 2,78 millones de colombianos ingresaron a la situación de pobreza extrema en 2020, ya que pasó de 4,68 millones en 2019 a 7,47 millones de personas el año pasado, es decir, viven con menos de $ 145 mil pesos al mes”, explica el decano de Faceja, de Unicórdoba.

Argel Fuentes agrega en su análisis que “los crecimientos de la pobreza monetaria del 35.2% (2017) al 42.5% (2020), manifiestan un alto nivel de informalidad y marginalidad en todas las regiones del país. Se suma a ello, el crecimiento de la pobreza extrema que asciende en 6.7 puntos porcentuales al pasar de 8.4% (2017) al 15.1% (2020), lo cual agrava la situación social de la población colombiana y los efectos microeconómicos adversos para el empresariado del país”.

Sugiere que los incrementos puntuales han generado alertas sociales, específicamente por la ausencia en algunos casos y por lo incierto en otros, de políticas y programas sociales profundos que intervengan estructuralmente el problema.