“Entré a estudiar en la Universidad de Córdoba en el segundo semestre del año 2016, logré entrar gracias a la práctica del deporte paralímpicos Boccia, un gran paso en mi vida que me llevó a conocer y a compartir la calidez humana de tantas personas que siempre me brindaron una mano amiga, entre ellas la del profesor de la Licenciatura en Educación Física, Recreación y Deporte Jesús Kerguelén Soto, expresó Hernández Espitia.
Así mismo joven graduado recuerda que al inicio de sus estudios no fue tan fácil, prácticamente no había rampas, le tocaba pedir ayuda a las personas que en el momento pasaban, poco a poco se fueron construyendo espacios físicos para facilitar la movilidad y el acceso a diferentes lugares donde debía transportarse.
Para el docente de Unicórdoba, Kerguelén Soto, es de resaltar la perseverancia, disciplina y sobre todo el deseo de superación de Juan Diego Hernández Espitia, para afrontar los desafíos y retos de una institución que en cabeza del entonces rector, Jairo Torres Oviedo, implementaba espacios de inclusión e infraestructuras amigables.
“Juan Diego se destacó mucho a la hora de la práctica del Boccia, se le veía entrenar en los pasillos y espacios de la Universidad de Córdoba, debido a que su condición no le permitía trasladarse al coliseo Miguel Happy Lora, se ganó el cariño y aprecio de compañeros, estudiantes, docentes y trabajadores de esta institución”.
Bochas o boccia, es un juego diseñado para personas con diversidad funcional, inspirado en el juego de origen italiano bocce o bochas, de donde toma su nombre y aceptado como deporte paralímpico desde 1984. Se aplican las reglas de la BISFED (Federación Internacional Deportiva de Bochas). Inicialmente jugado solo por deportistas con parálisis cerebral, actualmente puede ser jugado por deportistas en sillas de ruedas con discapacidades totales o parciales en sus extremidades.
Para la Organización Mundial de la salud Más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento. En los años futuros, la discapacidad será un motivo de preocupación aún mayor, pues su prevalencia está aumentando.
Finalmente el egresado Juan Diego Hernández Espitia, solo tiene frases de agradecimiento en especial a Dios, a la vida por permitirle culminar su carrera profesional, para él no fue fácil, fue una lucha constante y de mucho sacrificio, también la de su familia, su motor, esa por la cual nunca dio su brazo a torcer, sin importar los inconvenientes, afrontando condiciones adversas como las inclemencias del clima, pero siempre con un objetivo claro seguir adelante, me voy de la universidad de Córdoba con la satisfacción del deber cumplido, con la satisfacción de que nunca me detuve, pese a todas las dificultades, me voy con una inmensa gratitud a la Universidad de Córdoba.