Expertos en el tema advierten que existe más riesgo con los falsos negativos que con los falsos positivos.

En la compleja dinámica de pacientes con COVID 19 la ciencia hizo una nueva advertencia: son más numerosos y peligrosos los falsos negativos de esta enfermedad, que los falsos positivos, lo que representa un motivo de alarma que debe conllevar a extremar medidas de autocuidado individual y familiar.

La sugerencia proviene del director del Instituto Médico de Alta Tecnología (IMAT), en Montería, Manuel González Fernández, en entrevista con la Unidad de Comunicaciones de la Universidad de Córdoba, a través del espacio semanal Conéctate con la U.

“El promedio de incubación del virus es de 2 a 7 días y después de ese lapso es que empiezan a aparecer síntomas, lo que quiere decir que si el paciente es asintomático puede estar contagiando más personas. Después del contacto la prueba debe hacerse a partir del día siete, para tener la posibilidad de detectar el virus pero solo con el 80 % de probabilidades, es decir, existe un 20 % de falsos negativos, incluso, en el momento más contagioso que es entre los días siete y diez”, explicó González Fernández.

Insistió en que, así las cosas, “es más peligroso un falso negativo que un falso positivo, y, si la prueba se hace antes del día siete la probabilidad de que aumente ese falso negativo es de hasta el 40 % y hasta de un 60 % después del día once”.

“Las personas están pendientes de los falsos positivos, que llega a ser del uno al dos por ciento, pero decirle a una persona que no tiene el virus por el resultado de la prueba y enviarla a su casa, es más peligroso que decir que lo tiene en la curva descendente. Se pueden estar gastando las energías en lo menos valioso que es el falso positivo, cuando lo más peligroso son los falsos negativos”, explicó el director del IMAT.

Criticó y desmintió las versiones que hablan del pago por cadáveres de COVID a las clínicas, menos cuando todas las instituciones se dieron a la tarea de disponer sus unidades de cuidados intensivos para atender enfermos con esa patología. Indicó que por ley nacional los familiares no puedan acompañar a esos pacientes, para precisamente evitar el contagio.

“Nos es justo que se hagan ese tipo de comentarios, cuando se trata de algo muy complejo, de conceptos médicos con alta carga de profundidad. En nombre de todas las clínicas de Córdoba es importante decir que el personal médico está haciendo un esfuerzo muy grande, quisiéramos mejor atención, pero son muchos los pacientes que están llegando a los servicios de urgencia y hay que ser muy cuidadosos para evitar el contagio”, sostuvo González Fernández.

Explicó que en su momento se manejaron los pacientes como sospechosos de COVID con inhumación de cadáveres por lineamientos del Gobierno nacional, lo que originó el inconformismo en algunos sectores y familiares de víctimas.

“Eso ha mejorado mucho, incluso, ha sido una infamia decir que las instituciones se iban a ganar esa cantidad de recursos para enriquecerse con los cadáveres. Es claro que tenemos la enfermedad, que los pacientes están entrando a UCI y muchos están falleciendo”, indicó el director del IMAT.

A su turno el director del Instituto de Investigaciones Biológicas del Trópico (IIBT), de la Universidad de Córdoba, Salim Mattar Velilla, criticó que en estos meses muchos se han vuelto ‘virólogos’ y ‘epidemiólogos’ en las redes sociales.

“Permitan que cada quien en su disciplina haga su trabajo, nuestro objetivo es ayudar en la salud pública, tal como lo está haciendo la Universidad de Córdoba y por eso ofreció su capacidad científica, no es un negocio hacer pruebas de Coronavirus, es un trabajo meramente social”, precisó el científico unicordobés.

Mattar consideró una infamia las versiones o noticias falsas que han hecho referencia al reporte de cualquier paciente fallecido como positivo para COVID, para supuestamente cobrar las clínicas hasta 30 millones de pesos por caso.