Giovanni Argel Fuentes, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Administrativas de la Universidad de Córdoba, manifiesta que la educación superior al igual que otros subsectores de la economía se verá afectado significativamente, por los efectos de algunas variables macroeconómicas como consecuencia de la Covid-19.

“Por ejemplo una inflación creciente en el país (3.86%) que contrajo la demanda junto al aislamiento social obligatorio, es el inicio de una ruptura entre demandantes y oferentes en los mercados, lo que ocasionará reducción en el consumo agregado y decrecimiento del Producto Interno Bruto PIB, el cual estará en el rango del -12% y el -14% al cierre del año 2020; en consecuencia, esto derivará en el alza de precios de todos los bienes y servicios que demandan las instituciones, la elevación de los gastos y en el freno de los ingresos propios en las universidades” precisó el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Administrativas de esta institución.
“Así mismo, Una tasa de desempleo para Colombia (12.2%) ha elevado la improductividad y disminuido la capacidad de oferta de las empresas, que sumadas al confinamiento y los toques de queda, frenaron el sistema productivo del país. La educación superior tendrá los coletazos de este choque y con seguridad se sobreviene un estancamiento en las matrículas, disminuciones de los recursos propios, alta deserción tanto en universidades públicas como privadas, recesión en la estructura de la investigación y la extensión, recortes del gasto público vía planes de austeridad y, por último, declaratorias de usabilidad diferencial de los presupuestos públicos, por ejemplo, para las universidades estatales”, enfatiza Argel Fuentes.
En este orden de ideas el economista advierte “Ese híbrido tóxico entre inflación y desempleo, traducido en gran parte por la devaluación sistemática y creciente que vive el país, conlleva directamente al crecimiento de la pobreza multidimensional (PM), que para el país se ubica en 19.6% y la pobreza monetaria del 27%, claro está resaltando que hay municipios en Colombia con PM del 92%.

La pobreza, afectará a la educación superior, debido a los bajos ingresos que tendrán los padres de familia, por un lado, y por otro a las reducciones en los impuestos que se aportan a las universidades e Instituciones de educación superior, producto de los recursos de estampilla, provenientes de los pagos de las obligaciones tributarias de los colombianos.
“Todas estas reducciones implicarán gastos operacionales insostenibles sumados a los déficits que ya manejan estas instituciones, así que la presencia del Virus SARS-COVID2 (Covid-19) generará un impacto negativo especialmente en las Universidades públicas colombianas. (Cifras a marzo 30 de 2020 Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE y el Departamento Nacional de Planeación DNP y algunas proyecciones post-Censo 2018)”. Apunta el docente de la alma mater.
El experto de Unicórdoba es contundente cuando afirma “que las universidades están en recesión e inestabilidad, se les avecina un plan de austeridad en el gasto y deben reestructurar sus escenarios de continuación y sostenibilidad de clases virtuales o a distancia.
Por otra parte, el profesional dimensiona el freno a la creación de nuevos puestos de trabajo, Igualmente reducir gastos generales y redefinir las apropiaciones presupuestales que se tenían definidas en el plan financiero desde inicios de este año, (sin Covid-19); así mismo redistribuir y ajustar los recursos provenientes de los aportes tributarios.
Frente a esto, anota el profesor, es previsible que el número de estudiantes será muy inferior a la del primer semestre de 2020, se estima que la reducción de matrículas será cercana al 48%, por el impacto de esta pandemia. Esto solo se superará con el apoyo de los recursos frescos del gobierno tanto para universidades públicas como para las privadas.
Esta anormalidad se verá impactada por la volatilidad de la tasa de cambio, producto de las variaciones del precio del petróleo BRENT y WTI, ambos por debajo de U$27.5 a la fecha.
Esta variable como lo expone el docente, además de generar un déficit en el presupuesto estatal que logra su equilibrio en los U$30 de la referencia BRENT (de uso en el país), afectará a la universidad colombiana en los próximos meses y su impacto irá hasta 2022, teniendo en cuenta que este bajón en el precio del barril, hace que se dispare el cambio frente al dólar (el cambio pasó de $3.886.79 en Abril 11 a $4.046.04 en Abril 29 y finalmente una revaluación sorpresiva en Mayo 11, cerrando a 3.882.27). Esto significa que las universidades que compran activos importados en gran parte, verán afectados sus presupuestos, adquiriendo a un mayor precio. Este es el costo de la devaluación monetaria.

“todo esto traerá como consecuencia compras a más alto valor, por el cambio, por ejemplo, equipos de laboratorios, libros y materiales educativos, reactivos, pruebas de laboratorios, útiles importados o materias primas elaboradas en el exterior y necesarias en las universidades, entre otras. De la misma forma, se elevará el gasto en la movilidad estudiantil y profesoral, como el pasivo pensional y los gastos de proyectos activos en investigación científica” reveló Argel Fuentes
Finalmente, El profesor de esta institución considera que cualquiera que sea el escenario se requiere una nueva Universidad, reinventada con enfoques de reingeniería y ampliamente disruptiva. No proactiva ni reactiva. De esa manera se enfrenta a los avatares de estas variables por un lado y se adaptará a las mega tendencias de la educación superior para el 2050. No seremos los mismos en educación superior, ya empezamos a cambiar y la curva es ascendente e innovadora, cíclica y progresiva.