Montería, 4 de octubre de 2024. La comunidad de Batata, en el municipio de Tierralta, Córdoba, está viviendo el comienzo de un proyecto transformador. Un equipo multidisciplinario, conformado por ingenieros mecánicos, ambientales, civiles, arquitectos y miembros de la comunidad local, ha iniciado la construcción e instalación de la planta de gasificación de biomasa residual. Este proyecto, dirigido por la Universidad de Córdoba, busca aprovechar residuos agroindustriales como la cascarilla de arroz y la tusa de maíz para generar energía eléctrica, mientras reduce significativamente las emisiones contaminantes derivadas de la disposición inadecuada de estos residuos.
La planta de gasificación marca un hito social y ambiental al trasladar una tecnología previamente validada en entornos de laboratorio a una aplicación real en la comunidad. Convirtiendo los desechos agrícolas en una fuente de energía sostenible, contribuyendo a la productividad y al bienestar del corregimiento de Batata.
Ángel Darío Lobo, presidente de la Junta de Acción Comunal de Batata – Tierralta, expresó el impacto que esta iniciativa tendrá en su territorio.
“Estamos trabajando en la gasificación de biomasa para reducir el impacto ambiental mediante la recolección de cascarilla de arroz y tusa de maíz, transformándolas en energía. Este proyecto nos permitirá mitigar el impacto social y beneficiará a la comunidad, suministrando energía a zonas comunes de la comunidad.
Una vez que la planta esté instalada, se brindará capacitación especializada a los miembros de la comunidad, con el fin de promover la apropiación de la tecnología y empoderar a la población en su operación y mantenimiento. Esto garantizará la sostenibilidad a largo plazo del proyecto y su integración en el día a día de los habitantes de Batata.
Por su parte, el ingeniero Jorge Mario Mendoza, director del proyecto, resaltó la importancia de esta colaboración entre la Universidad y la comunidad local.
“Estamos trabajando de la mano con la junta de acción comunal para alcanzar el objetivo de generar 40 kilovatios de energía eléctrica utilizando la biomasa. La planta se encuentra en proceso de instalación, y actualmente estamos en la fase de verificación con el apoyo de especialistas internacionales que garantizan que todas las conexiones queden debidamente conectadas para el uso de la planta”.
Mendoza también subrayó los beneficios adicionales que este proyecto traerá consigo:
“Este proyecto no solo beneficiará a más de 30 familias, sino que también llevaremos energía renovable a lugares clave del corregimiento, como el colegio, el centro de salud y el parque. Esto es fundamental, ya que la conexión eléctrica en esta zona es bastante limitada, y esta planta permitirá contar con una fuente de energía renovable para la comunidad”.
La participación activa de la comunidad ha sido clave en el proceso de construcción, lo que ha facilitado la adopción de la tecnología y su integración en el contexto local. Una vez concluida esta fase, los docentes y profesionales de la Universidad de Córdoba liderarán programas de formación continua, asegurando que la recolección de residuos, el uso adecuado de los equipos y la eficiencia de la planta se mantengan en el tiempo, contribuyendo así a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ya la gestión sostenible de los residuos agroindustriales.