Las parteras siguen vigentes en la región, especialmente en zonas olvidadas por el Estado.

Montería 7 de septiembre de 2022. En el marco de un reconocimiento a la contribución que han hecho a la salud comunitaria, especialmente en zonas olvidadas por el Estado y áreas de difícil acceso, la Unicórdoba ha concebido un encuentro de saberes con las parteras de la región, con el fin de orientarlas clínicamente en su rol y ayudar de esta forma a reducir la mortalidad perinatal y materna.

Este trabajo de investigación y extensión es liderado desde la maestría en Salud Pública y el programa de Enfermería, Facultad Ciencias de la Salud, desde donde se han focalizado a un grupo de personas que conservan el conocimiento ancestral, especialmente mujeres, en las zonas del resguardo Zenú, resguardo Embera Katío y zona costanera.

El docente e investigador Javier Alonso Bula Romero, magíster en Enfermería y doctorando en esa misma área, explica que el propósito es contribuir con una atención segura en el proceso de cuidado del embarazo, parto y cuidado del recién nacido.

“Hemos establecido un encuentro de saberes para ayudar a las parteras tradicionales en la atención segura. Las parteras han contribuido con la salud de las comunidades apartadas, porque han traído al mundo a cientos de niños, que tal vez no estén en las estadísticas porque nacieron en las casas, ellas tienen un valor importante porque en su saber logran salvar una y en ocasiones hasta dos vidas, cuando la madre corre algún riesgo”, explicó el profesor Bula Romero.

En la investigación en terreno Unicórdoba confirmó en las tres subregiones citadas (resguardo Zenú, Embera y zona costanera) que las parteras siguen vigentes como práctica cultural que se usa, inicialmente pasa saber cómo avanza el embarazo, en algunos casos para maniobras de la versión cefálica externa, que se hace para acomodar al bebé estando en el vientre buscando que adopte la posición correcta, hasta el nacimiento con el cuidado de la madre y del nacido vivo.

“El trabajo de las parteras es una práctica viva en el territorio, son reconocidas en las comunidades por el cuidado materno y perinatal, especialmente en el continuo reproductivo hasta los primeros días del nacimiento. Siguen siendo importantes especialmente en las zonas geográficas distantes a las cabeceras, sin acceso a los servicios de salud y quizás son el único recurso con el que cuentan las embarazadas”, explica el académico, experto en temas de cuidado materno y perinatal.

Entre otros detalles culturales de la experiencia en terreno, tras el trabajo con parteras, la Unicórdoba comparte que en el caso del resguardo Embera, las madres siguen enterrando el ombligo del nacido para que el nuevo miembro de la comunidad no abandone el territorio; mientras que en la zona costanera algunas familias conservan la tradición de guardar el ombligo, y luego de cierto tiempo lo arrojan al mar, para que se conviertan en pescadores de éxito.