Si bien las cifras de embarazos tempranos en adolescentes entre 15 y 19 años han bajado en Córdoba, no es el mismo comportamiento entre niñas de 10 a 14 años, que en la última década se mantiene y ubica al Departamento entre los de mayor tasa de fecundidad en ese rango de edad: por encima de 300 casos cada año, de los 5.400 que aproximadamente se registran en el país, todos en contexto de abuso sexual.
Esta apreciación la hizo en el espacio Conéctate con la U, de Unicórdoba, la doctora Diva Moreno López, médica, especialista en Epidemiología, magíster en Salud Sexual y Reproductiva, fue por diez años líder de Salud Sexual y Reproductiva de Adolescentes y Anticoncepción del Ministerio de Salud de Colombia, actualmente asesora del Comité de Adolescencia de la Asociación Latinoamericana de Pediatría, ALAPE, miembro de la Confederación de Adolescencia y Juventud Iberoamérica Italia Caribe CODAJIC.
“Casualmente Córdoba es uno de los departamentos con mayor tasa de fecundidad en niñas entre 10 y 14 años, es decir, está al mismo nivel que Bolívar, Antioquia y Valle del Cauca, pese a que tienen mayor población. Eso nos ubica entre los tres primeros países con alta estadística en este tema”, argumenta la especialista, quien interactuó desde Argentina.
Sostiene Moreno además que, frente a este fenómeno son los países del Cono Sur los que están en mejores condiciones, entre ellos: Uruguay, Chile y Paraguay. Sin embargo, Colombia está un poco mejor que Ecuador, Venezuela y otras naciones de Centro América.
“Es una cifra bastante alta porque ninguna niña debería ser madre, es decir, esa tasa debería ser de cero. Desde el 2012 Colombia empezó a trabajar desde lo intersectorial, como ejemplo para otros países, es decir, hemos sido pioneros en abordar el tema de manera integral y con evidente disminución”, advierte la médico exponente en Conéctate con la U.
En este mismo espacio de periodismo institucional desde Unicórdoba, se estableció que, en Córdoba de cada mil adolescentes entre 15 y 19 años 57 han sido madres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud hasta 2019. Pero, ha habido reducción, si se tiene en cuenta que esa misma cifra estuvo en el 2012 en 72 madres jóvenes de cada mil.
La cifra relacionada con este rango de edad la reveló la enfermera docente unicordobesa Lina Montes Rodríguez, especialista en Desarrollo Familiar, maestrante en Salud Familiar, con amplia experiencia en trabajo con adolescentes y jóvenes en promoción de derechos sexuales y reproductivos.
Conéctate con la U, de la Unidad de Comunicaciones y Relaciones Públicas de la Universidad de Córdoba, para esta emisión se coordinó con la División de Bienestar Institucional, y cuyo tema abordó cifras, conceptos y regulaciones en el marco de la Semana Andina de Prevención del Embarazo en Adolescentes.
“Haber pasado de 72 a 57 nacimientos en madres con edades entre 15 y 19 años obedece a que la política de Estado se fortaleció mucho con la implementación del Conpes 147 de 2012, con una estrategia nacional de atención integral de niños, niñas y adolescentes y que sigue vigente hasta 2025”, expuso la profesora Lina Montes Rodríguez.
Se denomina Semana Andina de Prevención del Embarazo en Adolescentes, porque en este lapso todos los países de esta región se unen y coinciden con la puesta en marcha y fortalecimiento de las políticas sociales, académicas, económicas y legislativas, en torno a la prevención del embarazo en la infancia y la adolescencia. Parte, además, de una estrategia de los ministros de salud de la zona andina, motivada hace más de una década por las consecuencias de los embarazos tempranos, convertidos en un problema de salud pública.
El llamado a las familias
La docente Lina Montes Rodríguez hizo un llamado a los padres y cuidadores para que vigilen a los menores, especialmente en esta época de pandemia, que no significa que bajarán las cifras de embarazos porque exista menor exposición en la calle.
Lo anterior, basada la especialista en estudios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), que revelan que, el 40 % de los casos de abuso sexual con menores de 14 años ocurren en el contexto familiar.
Sobre este particular aporta la médica Diva Moreno López, que por lo general la detección de los embarazos en menores de 14 años se hace después de los seis meses de la gestación, cuando llegan al primer control prenatal y ello impide que se le oferte, incluso, la interrupción voluntaria.
“En tiempos de pandemia, lo que dice el Fondo de Población de las Naciones Unidas, es que pudiera estarse presentando alrededor de 7 millones de embarazos no intencionados en el mundo, porque, en los seis meses anteriores las mujeres no tuvieron la posibilidad de acceder a los métodos anticonceptivos, por varios factores”, agrega Moreno.
La base de todo está en la educación y la información
Para la enfermera Lauren De La Rosa Flórez, el tema del embarazado en menores está ligado en algunos casos a la cultura, pero sugiere que la base para seguir mejorando cifras está en la educación y la información, además de vincular no sólo a la población objeto, sino también a la familia y cuidadores.
Reveló igualmente que una de las causas que mantiene a Colombia como país en vía de desarrollo, es precisamente el aumento de las muertes maternas e infantiles, más que otros factores de tipo económico, de pobreza y de pobreza extrema.
“Mientras en Colombia sigan presentándose esos casos, seguiremos siendo un país en vía de desarrollo, por eso, hay que darle mucha más fuerza al trabajo de la prevención de embarazos y la planificación familiar”, sostuvo De La Rosa Flórez, enfermera, especialista en Gerencia en Salud y quien trabaja en el programa Educando al Futuro, de Laboratorios Abbott.
Entre las principales consecuencias de los embarazos tempranos citaron las invitadas que, entre el 40 % de los adolescentes que se retiran del sistema educativo, lo hacen por una maternidad o paternidad temprana.
A partir de allí se dificulta el logro de las metas personales, se cambian las prioridades, el proyecto de vida, además de las consecuencias biológicas, físicas, sociales y el aumento de las probabilidades de morir por causa obstétrica.