Después de haber disminuido entre 2010 y 2015 los casos en el país, en Córdoba se dispararon los diagnósticos confirmados de Malaria o Paludismo, que pasaron de 1.751 en 2016, a cerca de 10 mil en 2019, es decir el incremento fue de 8 mil, aproximadamente, de los 80 mil confirmados a escala nacional el año pasado.

La estadística la entregó María Fernanda Yasnot, docente e investigadora de la Universidad de Córdoba, coordinadora del Grupo de Investigaciones Microbiológicas y Biomédicas de Córdoba, adscrito al programa de Bacteriología, de la Facultad de Ciencias de la Salud.

Insistió Yasnot en que debe considerarse esta cifra una preocupación para las autoridades de la salud y los entes gubernamentales y de allí el surgimiento del pacto para la eliminación de la Malaria para el 2030, liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que inició por el pacífico colombiano, porque aporta cerca del 50 % de casos en el territorio nacional.

“Es una preocupación para el país, para el Ministerio de Salud, para el Instituto Nacional de Salud, para nosotros como grupo de investigación y para los entes territoriales. Creemos que nuestro Departamento puede ser el siguiente en ese trabajo de erradicación de la enfermedad”, sostuvo la docente de Unicórdoba.

De acuerdo con Yasnot, Urabá, Bajo Cauca y el sur de Córdoba, que incluye los municipios de Tierralta y Valencia, son regiones que aportarían el 40 % de los casos de Malaria o Paludismos en este Departamento.

Insiste María Fernanda Yasnot que por las características topográficas y geográficas de la zona, sigue siendo Tierralta el municipio en Córdoba con mayor riesgo de propagación de esta enfermedad. Esa localidad es la que más aporta casos y le siguen Valencia y Montelíbano.

Insiste la experta de esta universidad en que la responsabilidad es compartida y advierte que en muchos casos no hay atención oportuna en pacientes sospechosos, relacionada esta condición con las dificultades de transporte en la zona del Nudo del Paramillo. Se suma esta causa al conflicto armado, además de la movilidad o migración venezolana, para el caso del aumento de diagnósticos en el país.

Desde el Grupo de Investigaciones Microbiológicas y Biomédicas de Córdoba, adscrito al programa de Bacteriología, se definieron líneas de investigación y de acción en territorios, acordes con el Plan Decenal de Salud Pública, que entre sus ocho dimensiones prioritarias incluye el enfoque ‘Vida Saludable y Enfermedades Infeccionas’.

Actualmente se esperan los resultados de dos proyectos presentados ante Colciencias, relacionados con el fortalecimiento técnico y científico, que permitan la aplicación de programas de control y prevención para la patología.

Al mismo tiempo el Grupo de Investigaciones Microbiológicas y Biomédicas trabaja en alianza con el Instituto Nacional de Salud (INS), con el grupo Salud y Comunidad de la Universidad de Antioquia, con la Universidad de Sucre; además de dos pactos de cooperación internacional: con la Fundación de Medicina Tropical para el Amazonas y con la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York.